La Superintendencia Financiera de Colombia presentó su estrategia de finanzas verdes y cambio climático “Hacia el enverdecimiento del sistema financiero colombiano”, una hoja de ruta que brinda transparencia sobre las acciones que realizará el supervisor durante los próximos años.
El documento, elaborado con base en lo definido por la Entidad en 2019, constituye una herramienta que busca asegurar una implementación organizada y progresiva de las diferentes acciones previstas con el fin de, no sólo promover el financiamiento verde, sino de incorporar en el ADN del sistema financiero los riesgos y oportunidades del cambio climático como un imperativo estratégico.
Así, además de facilitar la movilización de capital hacia los objetivos de crecimiento sostenible y facilitar la transición hacia una economía baja en emisiones de carbono, la estrategia presentada por la SFC busca mejorar la capacidad del sistema financiero para identificar, medir y gestionar los riesgos socioambientales y climáticos.
“Hemos dado ya los primeros pasos hacia el enverdecimiento del sistema y con la definición de este plan de acción seguimos siendo un referente en la materia. En 2018 fuimos el primer supervisor de la región en realizar una encuesta a las entidades financieras vigiladas para identificar las estrategias y políticas adoptadas frente a las oportunidades y riesgos ambientales. En 2021 fuimos pioneros en medir el impacto del cambio climático en la estabilidad financiera y, en 2022, nos convertimos en el primer país de América en desarrollar una Taxonomía Verde”, destacó el Superintendente Financiero, Jorge Castaño Gutiérrez.
La estrategia de finanzas verdes y cambio climático de la SFC “Hacia el enverdecimiento del sistema financiero colombiano” está desarrollada en cinco dimensiones: taxonomía verde; innovación financiera; data, métricas e información; incorporación de los asuntos ASG y herramientas de medición y supervisión de riesgos climáticos y de la naturaleza, cada una de las cuales contiene su hoja de ruta específica.
Adicionalmente, incluye capítulos específicos con las acciones previstas por el supervisor para el sector asegurador y los establecimientos de crédito para los próximos años. Progresivamente, la SFC definirá hojas de ruta particulares para otras industrias, de acuerdo con la evolución del mercado y las necesidades emergentes del ecosistema de finanzas verdes con el fin de nivelar la gestión de estos.
En el caso particular de los establecimientos de crédito se busca fomentar la innovación en productos e instrumentos de financiación y fondeo que faciliten la movilización de recursos para la transformación de la economía y propiciar la incorporación de los asuntos ambientales y climáticos en sus decisiones de negocio.
Con respecto a la industria aseguradora, el objetivo de la estrategia verde de la SFC es fortalecer y potenciar su rol en el desarrollo resiliente y de adaptación frente al cambio climático con miras a mantener dichos riesgos en niveles tolerables para las entidades, los consumidores financieros y el país, promoviendo la sostenibilidad del modelo de aseguramiento frente a estos riesgos.
Al igual que con los establecimientos de crédito, las acciones focalizadas en las entidades aseguradoras están encaminadas al desarrollo innovador en la oferta de productos que ofrezcan soluciones de transferencia de riesgo que atiendan las necesidades emergentes de la población y las economías frente a los riesgos relacionados con asuntos ambientales.
El sector financiero, parte de la solución
Organismos internacionales han hecho diversas estimaciones sobre los recursos económicos que deberán destinarse para cumplir los acuerdos globales firmados frente a la lucha contra el cambio climático en los próximos años y varían entre US$3 y US$5 billones anuales.
En el caso de Colombia, el Departamento Nacional de Planeación -DNP- estimó que para lograr una reducción del 20% de los gases de efecto invernadero al año 2030, nuestro compromiso anterior frente al acuerdo de Paris, se necesitarán 3,1 billones de pesos anuales.
En ese contexto, el sector financiero y el mercado de capitales desempeñan un papel fundamental en la asignación de recursos para cumplir con los compromisos de financiamiento climático y de la biodiversidad.
“Como sector vemos esta gran oportunidad que tiene el sistema financiero para contribuir a esa transición, financiando proyectos y actividades verdes que permitan tener una economía inclusiva, sostenible, biodiversa, baja en carbono y resiliente”, puntualizó el Superintendente Financiero.